«Luciérnaga, como todos los buenos libros, plantea contradicciones: es luminoso, pero habla de tiempos oscuros; es sencillo para mostrar la complejidad del mundo que nos ha tocado vivir; es tierno en su dureza; apegado a la realidad, pero mítico a la vez; habla de la pérdida de un país y de la recuperación de otro; de lo que significa crecer y también envejecer; es fácil de leer, pero se queda dentro de nosotros, repicando».
Clara Obligado
«Luciérnaga, como todos los buenos libros, plantea contradicciones: es luminoso, pero habla de tiempos oscuros; es sencillo para mostrar la complejidad del mundo que nos ha tocado vivir; es tierno en su dureza; apegado a la realidad, pero mítico a la vez; habla de la pérdida de un país y de la recuperación de otro; de lo que significa crecer y también envejecer; es fácil de leer, pero se queda dentro de nosotros, repicando».
Clara Obligado