En Gigantes, Sansarricq nos presenta doce relatos al borde de lo real. Los ambientes cotidianos y personajes familiares se presentan y suceden bajo el manto de la extrañeza. Cuando predomina lo real, aparece un portal onírico para desmantelar la certeza. Cuando es el aspecto fantástico el que lleva la escritura, es un simple hecho diurno el que abre una sugerencia.
En Gigantes, Sansarricq nos presenta doce relatos al borde de lo real. Los ambientes cotidianos y personajes familiares se presentan y suceden bajo el manto de la extrañeza. Cuando predomina lo real, aparece un portal onírico para desmantelar la certeza. Cuando es el aspecto fantástico el que lleva la escritura, es un simple hecho diurno el que abre una sugerencia.