Algo pasa en el casco de la estancia Los Talas. Encerrado, inaccesible, un hombre misterioso escribe. En el campo, una gauchada salvaje y lasciva fisgonea con curiosidad la luz tenue que se enciende por las noches. Una mujer tendrá franqueado el acceso a la casona donde encontrará resguardo de la intemperie chusca y bárbara y de la que escapará tras un amor perdido. En Los cautivos, Martín Kohan anima el fuego inextinguible del antagonismo ordenador de los relatos patrios: civilización y barbarie. Inspirados por Esteban Echeverría y sus personajes, la tradición, el mito fundacional y los orígenes de la literatura argentina tienen en esta novela epigonal su asombrosa rescritura.
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Algo pasa en el casco de la estancia Los Talas. Encerrado, inaccesible, un hombre misterioso escribe. En el campo, una gauchada salvaje y lasciva fisgonea con curiosidad la luz tenue que se enciende por las noches. Una mujer tendrá franqueado el acceso a la casona donde encontrará resguardo de la intemperie chusca y bárbara y de la que escapará tras un amor perdido. En Los cautivos, Martín Kohan anima el fuego inextinguible del antagonismo ordenador de los relatos patrios: civilización y barbarie. Inspirados por Esteban Echeverría y sus personajes, la tradición, el mito fundacional y los orígenes de la literatura argentina tienen en esta novela epigonal su asombrosa rescritura.
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