@oslolibros

Está el Borges de Sarlo, el Masotta de Longoni, el Lamborghini de Strafacce. Aquí tenemos el Jacoby de Cámara. Lo encantador de la música de cámara es su carácter íntimo y dialógico, su apuesta a lo real de un encuentro que disuelve la frontera que nos separa de la obra. El Jacoby de Cámara es una serenata a las islas urbanas de ensueño compartidas por generaciones que vivieron su educación sentimental en la postdictadura argentina. Si el Jacoby de los '60-'70 ya tiene su lugar en los libros de historia, el Jacoby que le interesa a Cámara se aloja en la fábrica de la subjetividad de los años democráticos. Quizás por eso, cuando esa democracia comenzó a mostrar síntomas de descomposición, fue Jacoby su primer tester de violencia. Cámara ejerce una crítica jacobyna, es decir, una que atiende menos al arte y sus obras que las formas en que arte y vida despejan que zonas de experimentación recíproca. Jacoby es en este libro el clown de la postdictadura, el que la hace bailar, que le canta sus verdades, el estadista menor de lo imposible realizado. Su empeño siempre fue diseñar utopías de cámara, portátiles: irónicas islas de deseo al alcance de la mano.

Luis Ignacio García

Roberto Jacoby. Un arte al alcance de la mano - Mario Cámara

$16.900,00 $14.365,00 15% OFF

Calculá el costo de envío

Está el Borges de Sarlo, el Masotta de Longoni, el Lamborghini de Strafacce. Aquí tenemos el Jacoby de Cámara. Lo encantador de la música de cámara es su carácter íntimo y dialógico, su apuesta a lo real de un encuentro que disuelve la frontera que nos separa de la obra. El Jacoby de Cámara es una serenata a las islas urbanas de ensueño compartidas por generaciones que vivieron su educación sentimental en la postdictadura argentina. Si el Jacoby de los '60-'70 ya tiene su lugar en los libros de historia, el Jacoby que le interesa a Cámara se aloja en la fábrica de la subjetividad de los años democráticos. Quizás por eso, cuando esa democracia comenzó a mostrar síntomas de descomposición, fue Jacoby su primer tester de violencia. Cámara ejerce una crítica jacobyna, es decir, una que atiende menos al arte y sus obras que las formas en que arte y vida despejan que zonas de experimentación recíproca. Jacoby es en este libro el clown de la postdictadura, el que la hace bailar, que le canta sus verdades, el estadista menor de lo imposible realizado. Su empeño siempre fue diseñar utopías de cámara, portátiles: irónicas islas de deseo al alcance de la mano.

Luis Ignacio García

Mi carrito